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Aug 08, 2023

En Trump vs. DeSantis en Iowa, Disney es el saco de boxeo. Tanto para un debate serio.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, empacó su pequeña pelea con Disney y la asumió

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, empacó su pequeña pelea con Disney y la llevó de viaje esta semana, dirigiéndose a Iowa mientras lanzaba su campaña para la nominación republicana a la presidencia.

En Eternity Church en Clive, Iowa, el martes, sacó a relucir la retórica anti-despertar tan familiar para todos en Florida, llamando a Disney un "gorila de 800 libras" que le advirtieron que lo aplastaría si se atrevía a asumirlo.

"Bueno, aquí estoy", le dijo a la multitud, que supuestamente le dio una ovación de pie por hablar sobre tratar de "proteger la inocencia de los niños".

Pero el expresidente Donald Trump, antiguo mentor de DeSantis, no estaba dispuesto a ceder el terreno bajo del sentimiento anti-Disney al gobernador de Florida. En las redes sociales, Trump llamó a Disney una "sombra despierta y repugnante de lo que era antes, y la gente realmente lo odiaba", y agregó que la culpa era de la gobernación de "Rob DeSanctimonious".

Aquí vamos de nuevo.

En la carrera irrelevante y que hace perder el tiempo para odiar a Disney en las primarias republicanas, DeSantis y Trump están cabeza a cabeza. Y el resto de nosotros, meros votantes, somos perdedores.

Este es un tema de guerra cultural muy usado para los floridanos, por supuesto. Tal vez sea nuevo e interesante para los habitantes de Iowa y el resto del condado. O tal vez no les importe algo que sea tonto, personal, performativo y que no tenga nada que ver con problemas serios. Cosas que necesitan desesperadamente ser abordadas, como inundaciones. O el costo de vida. O carreteras y puentes. O el costo de la atención médica.

Mucho menos emocionante que declarar la guerra al Reino Mágico, claro, pero los problemas de la mesa de la cocina deben abordarse de todos modos.

Como Dave Peterson, un politólogo de la Universidad Estatal de Iowa, le dijo al Orlando Sentinel, las guerras culturales son una cosa, pero los ataques laterales contra Disney pueden ser demasiado: , en particular, es un poco exagerado, incluso para muchos republicanos de Iowa".

La disputa entre DeSantis y Disney comenzó cuando la compañía de entretenimiento luchó contra la ley "No digas gay" de DeSantis, la Ley de derechos de los padres en la educación, que prohíbe la instrucción sobre orientación sexual e identidad de género en las escuelas públicas. La pelea se intensificó con la toma de posesión del órgano de gobierno de Disney por parte del estado, seguida de una pelea judicial que continúa hasta el día de hoy. Y las cosas empeoraron: Disney anunció que cancelaría los planes para un proyecto de mil millones de dólares en Lake Nona, Florida, donde habría empleado a unas 2000 personas.

Todo es parte del tema favorito de DeSantis, la guerra contra el despertar, que ha defendido sin cesar en Florida, hasta lo que se suponía que sería una presentación triunfal de su candidatura presidencial en Twitter la semana pasada.

Eso no salió tan bien, por supuesto. Ahora parece que sigue apostando a la lucha de Disney para apuntalar su popularidad. En general, las encuestas han mostrado que Trump está muy por delante de DeSantis en ese aspecto, aunque es muy temprano en la campaña de 2024.

Pero el aspecto de la carrera de caballos de la política no debería ser el centro de atención. Los votantes necesitan candidatos que aborden problemas reales, no inventados. Al convertir a Disney en el saco de boxeo, las primarias republicanas han tenido un mal comienzo.

—El Heraldo de Miami

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